EXPOSICIÓN | EXHIBITION
Hard Times & Animals - Cuerpo que (des)hace imagen

ARTISTAS | ARTISTS
CLAUDIO ZULIAN 


FECHAS | DATE
Inauguración | Opening: 12.09.24 - 13:30-22h
Apertura Madrid Gallery Weekend

Clausura | Closing: 19.10.24


DÓNDE | WHERE 

Galería Freijo
c/ Zurbano 46, Madrid


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Juan Vacas
juan@galeriafreijo.com

+34 659 95 57 94
Angustias Freijo
angustias@galeriafreijo.com 

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Galería Freijo presenta por primera vez en Madrid, la exposición Hard Times & Animals – Cuerpo que (des)hace imagen del artista italiano Claudio Zulian, en colaboración con Estrany-de la Mota Art Advisors.

Claudio Zulian es un artista multidisciplinar, conocido sobre todo por su obra en el campo cinematográfico, pero también ha realizado numerosas exposiciones de vídeo en Museos y Centros de Arte. El trabajo de Zulian no solo se limita a la creación artística, sino que su interés incluye también la música, la escritura, además de haber desarrollado una importante dimensión pedagógica. Ha impartido clases en diversas instituciones académicas y culturales, compartiendo su experiencia, conocimiento y fomentando el debate sobre el papel del arte en la sociedad actual.

Nacido en Campodasergo en 1960, Zulian ha desarrollado gran parte de su carrera entre España y Francia donde ha sido reconocido por sus aportaciones artísticas. Su obra a menudo explora temas sociales, políticos e históricos, utilizando gran variedad de medios para crear narrativas complejas y profundas. 

Desde sus primeras creaciones hasta sus obras más recientes, Zulian ha destacado por su capacidad de integrar distintas disciplinas artísticas, ofreciendo al público experiencias inmersivas y reflexivas. Además de su trabajo cinematográfico, Zulian ha estado implicado en numerosos proyectos colectivos y exposiciones internacionales, consolidándose como una figura relevante en la escena artística contemporánea. 


GUERRAS QUE NO HAN TENIDO LUGAR 

Es una serie que consta de cinco videos (de los cuales en esta exposición se presentan tres) La videoinstalación plantea una reflexión sobre la guerra, pero también sobre la mirada, y sobre la imagen misma- entendida como fruto de una historia cultural. 

El título alude al controvertido ensayo de Jean Baudrillard, La guerra del golfo no ha tenido lugar, publicado en 1991.  

La instalación de Zulian plantea un interrogante sobre la vigencia del ensayo de Baudrillard, pasados más de treinta años desde su publicación y en un momento en que algunas de las guerras en la actualidad, como la de Ucrania o Gaza, parecen retrotraernos a las guerras de la primera mitad del siglo XX.

En cada una de las pantallas se pueden ver imágenes de found footage (metraje encontrado) provenientes de distintos conflictos que han tenido lugar durante 2023. En todas ellas podemos reconocer el plano típico de muchos videojuegos reproduciendo la mirada subjetiva del soldado mostrando el extremo de su arma, la acción de disparar y el espacio ante él. En todas las obras de esta instalación aparece un rectángulo rojo en el centro de la pantalla que cubre buena parte de la imagen y deja ver sólo las franjas laterales. De este modo, no podemos saber ni quien dispara ni cual es el objetivo. 

En todas las obras de esta serie, las imágenes han sido expurgadas de cualquier referencia concreta al lugar y a los bandos en lucha – quedan imágenes de llanuras, trincheras, bosques nevados, armas, disparos y explosiones- para que la pregunta que encierra el título se dirija no a un conflicto concreto, sino a la guerra en sí.

Alrededor de estos interrogantes centrales, Guerras que no han tenido lugar, desarrolla una serie de cuestiones que van desde el estatus de las imágenes que llegan a quienes están lejos de los campos de batalla, la duda sobre la obscenidad de la estetización de un material que parece apuntar a la realidad, la posibilidad/imposibilidad de mirar esas imágenes y el trasfondo de la subjetividad contemporánea. Como apunta Freud en Consideraciones actuales sobre la guerra y la muerte (1915), “[del sujeto] quizá tan dispuesto a abandonarse a sus pulsiones letales como sus ancestros”.


IL CIELO IN UNA STANZA (EL CIELO EN UNA HABITACIÓN) 

Al pasar del primer al segundo ámbito de la exposición se produce una relación de vis a vis, entre las instalaciones Guerras que no han tenido lugar y Il cielo en una stanza (El cielo en una habitación) esta última es una videoinstalación que continúa en la línea de investigación emprendida por Claudio Zulian en Guerras que no han tenido lugar. También se trata de imágenes de guerra, en este caso de aviones de combate. 

Lo que aquí se explora, en particular, es la relación entre lo real y lo virtual (artificial) en las imágenes actuales de los conflictos bélicos.

 

Il cielo in una stanza mezcla imágenes de animación con imágenes reales, según varias modalidades: hay aviones reales, maquetas 3D de esos mismos aviones, maquetas de aviones que no existen…

 

Se plantea además la cuestión de la memoria. La memoria histórica, el grano cinematográfico y el blanco y negro, aluden a imágenes del pasado, pero, son aquí un efecto de postproducción, puesto que varios de los aviones que se pueden ver en la pieza son de última generación. En algunos casos, sin embargo, se trata realmente de imágenes del pasado: hay aviones reales de la guerra de Vietnam. Pero incluso así, se plantean interrogantes, porque también hay maquetas actuales de aviones de la guerra de Vietnam. En las pantallas, la historia se vuelve imperceptible y se aplasta en un pasado-presente siempre actual. Es este el sentido del título que, además de describir irónicamente la propia situación de la pieza en el espacio de exhibición, es el título de una conocida canción italiana de 1960, el mismo año en que empieza la intervención de Estados Unidos en Vietnam – algunas de cuyas imágenes recoge la obra. La alusión a este tema popular subraya la idea de la imposibilidad de una Historia en los medios de comunicación – redes incluidas.

 

La videoinstalación está construida en bucles relativamente cortos – de, aproximadamente, dos minutos - pero los bucles no son exactamente iguales, de modo que el espectador tiene la sensación de que no puede asegurar haber visto una repetición, aunque sí tiene esa sensación. Nuestra historia personal y nuestra percepción del mundo, también queda atrapada en un pasado/presente siempre actual de los medios de comunicación deslizándose así hacia un nuevo tiempo mítico.


LOBO


La última obra de la exposición está protagonizada por un animal que en distintas culturas y mitologías ha tenido siempre un papel predominante; el lobo. Guardián de tumbas y asociado a la vida después de la muerte, la función del lobo era guiar las almas de los difuntos hacia la otra vida en la cultura egipcia. Para los griegos en cambio, el lobo era el emblema del dios solar Apolo por su labor de vigilancia. También en las mitologías europeas, desde la costa del Mediterráneo hasta el norte de Escandinavia el lobo siempre ha estado vinculado a la fertilidad, la protección, además de a la destrucción y al castigo.

Aquí el recorrido de la cámara sugiere el rastreo del terreno, situando a quien lo observa a la misma altura que el animal, que por otro lado también es el lugar que ocupamos como público. La presentación añade una pista a tal descentramiento aludiendo, quizá, a una anamorfosis. El rectángulo de la proyección está aquí deformado y parece invitar al visitante a buscar una imposible ortogonalidad.

En este sentido, El Lobo es el protagonista de un trayecto similar al que los soldados muestran en Guerras que no han tenido lugar, un paralelismo que viene propiciado por la posición de la cámara, que es la misma que ocuparía el móvil del soldado, en la primera videoinstalación.

 También el color de la imagen azul y amarillo tiene su origen en la capacidad de visión del animal. Cuya percepción del color es más limitada que la de los humanos. Tienen dicromatismo, lo que significa que solo tienen dos tipos de células cono (a diferencia de los tres tipos que tienen los humanos). Esto les permite distinguir algunos colores, particularmente tonos de azul y amarillo, pero no pueden ver la gama completa de colores.


Freijo Gallery presents for the first time in Madrid, Italian artist Claudio Zulian’s exhibition Hard Times & Animals – Cuerpo que (des)hace imagen, in collaboration with Estrany-de la Mota Art Advisors. 

 

Claudio Zulian is a multidisciplinary artist primarily known for his film works, although he has also held numerous video exhibitions in museums and art centres. Zulian's work is not only limited to artistic creation, having expanded his interests towards music or writing, as well as having developed an important pedagogical dimension. He has taught in various academic and cultural institutions, sharing his experience, knowledge and encouraging debate on the role of art in today's society.

 

Born in Campodasergo in 1960, Zulian has spent much of his career between Spain and France where he has been recognised for his artistic contributions. His work often explores social, political, and historical themes, using a variety of media to create complex and profound narratives.

 

From his earliest creations to his most recent works, Zulian has stood out for his ability to integrate different artistic disciplines, offering the public immersive and reflective experiences. In addition to his film work, Zulian has been involved in numerous collective projects and international exhibitions, establishing himself as a relevant figure in the contemporary art scene.


WARS THAT HAVE NOT TAKEN PLACE

A series consisting of five videos (of which three are presented in this exhibition). The video-installation proposes both a reflection on war, and on gaze and the image itself, understood as the result of a cultural history.

The title alludes to Jean Baudrillard's controversial essay, The Gulf War Did Not Take Place, published in 1991.  

 

Zulian's installation prompts a question about the validity of Baudrillard's essay more than thirty years after its publication and at a time when some of today's wars, such as those of Ukraine or Gaza, seem to take us back to the wars of the first half of the twentieth century.

 

On each of the screens we can see found-footage images from different conflicts that have taken place during 2023. In all of them we can recognise the typical shot that corresponds with most video games, reproducing the subjective gaze of the soldier showing the end of his weapon, the action of shooting and the space in front of him. In all the works in this installation, a red rectangle appears in the centre of the screen, covering a large part of the image and leaving only the lateral strips visible. In this way, we can neither know who is shooting nor what the target is.

 

In all the works in this series, the images have been stripped of any particular reference to the place or sides they are taking place. Therefore, images of plains, trenches, snowy forests, guns, gunfire and explosions remain isolated, in order to direct the question towards war itself, rather than towards a specific conflict. 

 

Around these central questions, Wars that have not taken place develops a series of questions ranging from the status of the images that reach those who are far from the battlefields, doubt regarding the obscenity of the aestheticization of material that seems to point to reality, the possibility/impossibility of looking at these images and the background of contemporary subjectivity. As Freud notes in Reflections Upon War and Death (1915), "[the subject] is perhaps as ready to abandon himself to his lethal drives as his ancestors".

 

IL CIELO IN UNA STANZA (THE SKY IN A ROOM)

 

Moving from the first to the second part of the exhibition, there is a vis a vis relationship between the installations Wars that have not taken place and Il cielo in una stanza (The sky in a room), as the latter is a video installation that continues Claudio Zulian’s research initiated with Wars that have not taken place. Again, the piece also deals with images of war, in this case that of warplanes. What is to be explored here, in particular, is the relationship between the real and the virtual (artificial) in current images of war conflicts.

 

Il cielo in una stanza mixes animated images with real images in various different ways: there are real planes, 3D models of these same planes, models of planes that do not exist...

 

The piece brings forward the concept of memory. Historical memory, by means of images which allude to the past through their black and white cinematic grains, which in fact are post-production effects, since several of the planes that can be seen in the piece are modern aircrafts. In other cases, however, there really are images from the past: there are real planes from the Vietnam War. But even so, several questions are raised, as there are also present-day models of aircraft from the Vietnam War. On the screens, history becomes imperceptible, smashed into an ever-present past-present. In this sense, its title ironically describes how the piece is set in the exhibition space, while being the title of a well-known Italian song from 1960. The same year as the beginning of the US intervention in Vietnam, of which some images are included in the work. The allusion to this popular theme underlines the idea of the impossibility of a History in the mass media, including social media.

 

The video installation is constructed in relatively short loops of about two minutes. However, the loops are not exactly the same, so that viewers have the feeling that they cannot be sure they have seen a repetition, although they do have that feeling. Our personal history and our perception of the world is also trapped in an ever-present media past/present, thus slipping into a new mythical time.

 

WOLF 


The last work in the exhibition features an animal that has always played a predominant role in different cultures and mythologies: the wolf. Guardian of tombs and associated with life after death, the function of the wolf was to guide the souls of the deceased to the afterlife in Egyptian culture. For the Greeks, on the other hand, the wolf was a symbol for the solar god Apollo and his vigilance role. Additionally, in European mythologies, from the Mediterranean coast to northern Scandinavia, the wolf has always been linked to concepts such as fertility and protection, along with destruction and punishment.

 

Here, the camera's path suggests the tracing of the terrain, placing the observer at the same height as the animal, which is also the place we occupy as the audience. The display adds a clue to the deformation of the image by alluding, perhaps, to an anamorphosis. The rectangle of the projection is here deformed and seems to invite the visitor to seek an impossible orthogonality.

 

In this sense, The Wolf is the protagonist of a trajectory similar to the one shown by the soldiers in Wars that have not taken place. A parallelism that is propitiated by the position of the camera, which is the same that the soldier's phone would occupy in the first video-installation.

 

The blue and yellow colour of the image also originates from the animal's vision. Its colour perception is more limited than that of humans. Animals have dichromatism, which means that they only have two types of cone cells (as opposed to the three types that humans have). This allows them to distinguish some colours, particularly shades of blue and yellow, but they cannot see the full range of colours.

Patricia Ezpeleta, diseñadora conceptual y empresaria, diseña y apoya exposiciones, colecciones y experiencias con foco en narrativas únicas y conexiones culturales. Ha colaborado con Deloitte, Bvlgari, Universal Music, Venice Biennale, Art Dubai e Investec Cape Town, y con profesionales como Refik Anadol y Andrés Reisinger o el fundador del Palais de Tokyo de Paris, Jérôme Sans. Pionera en nuevas tecnologías, ha enseñado en la European School of Economics y la American University of Dubai.